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1541

Roma

1577

En 1567 pasó a Venecia donde residió hasta 1570 y donde, más que ser discípulo de Tiziano, pudo aprender su estilo desde fuera de su taller.

 

Allí se afianzó lentamente en el dominio del arte occidental de Renacimiento véneto, en su empleo del color, la perspectiva, la anatomía y la técnica del óleo, aunque sin abandonar por completo sus usos tradicionales.

Tras un viaje de estudios por Italia (Padua, Vicenza, Verona, Parma, Florencia) se instaló en Roma, donde permaneció hasta 1576-1577, en contacto con el círculo intelectual del Cardenal Alessandro Farnese –que frecuentaban diversos religiosos y hombres de letras españoles- e inicialmente estuvo alojado en el ático de su palacio.

 

En 1572 fue expulsado de la servidumbre del Cardenal e ingresó, con derecho a abrir su propio taller, en la asociación gremial romana, la Accademia di San Luca, trabajando preferentemente desde entonces como retratista y en pequeñas obras

El Greco se traslada a Madrid. Recibe encargos de Felipe II, que entonces desarrollaba la gran obra de El Escorial.

 

Entre otras, pintó para el Rey el Martirio de San Mauricio, una obra que no fue del agrado del monarca.

El Greco se establece en Toledo, ciudad que hará suya y en la que vivirá sus mejores años como artista.

 

En Toledo pintará obras que, todavía hoy, permanecen en el lugar donde las realizó, en los llamados Espacios Greco.

 

Conforme avanza su vida en Toledo, su pintura se hace cada vez más subjetiva e intelectual.

 

El Taller del Greco en Toledo tuvo una gran actividad por la gran cantidad de encargos que recibía el pintor. Muchos de ellos terminaron en litigios.

1576

Cuna del humanismo hispano,
Toledo reúne
muchos de los símbolos universales de la Cultura Española
El Toledo del GRECO

En Toledo, el Greco vivió la mitad de su vida, el período más fructífero de su trabajo. Su carácter cosmopolita, la existencia de una poderosa sociedad civil y una rica vida cultural, junto con la vocación internacional de su clases dirigentes y el inicio de grandes programas constructivos destinados a modernizar la ciudad, provocaron sin duda esta elección.

 

En este sentido, hay que tener en cuenta que Toledo había sido una gran ciudad medieval, la cuna del humanismo hispano gracias a su secular multiculturalismo y como tal, se había convertido en una referencia cultural y simbólica reconocida internacionalmente, al ostentar la primacía de la Iglesia española en recuerdo de su pasado como capital del reino visigodo. Sus clases dirigentes lo llegaron a ser también del reino y las modas que impusieron se convirtieron en paradigmas de una de las culturas más universales que conocemos.

 

 

La Corte sale de Toledo

 

Ese fue el ambiente que conoció el Greco a su llegada en 1577. Años después, la salida definitiva de la Corte marca el comienzo del estancamiento de Toledo y su posterior decadencia. Sus gobernantes reaccionaron promoviendo el orgullo cívico de sus habitantes, algo en lo que nuestro artista participó de manera activa.

 

Gracias a esto, Toledo pasó de ser la ciudad imperial que gozaba el favor de la monarquía, a la ciudad de Dios que gozaba de la protección de los santos que pintó el Greco.

 

Consecuencia de todo ello fue la pérdida paulatina del protagonismo cultural disfrutado, que ya era evidente a la muerte de nuestro genial artista. Una situación que todavía empeoró a lo largo del siglo XVII, pero que tuvo como resultado positivo la pervivencia de una de las ciudades históricas más destacadas de Europa, tanto por la excepcional conservación de sus monumentos y paisajes como por la calidad y el significado de muchos de ellos, convertidos en símbolos universales de la cultura española.

Creta
Toledo

1577

1567

Venecia
Madrid

Doménico Theotocópuli nace en Candía (Creta). En aquél entonces, la isla pertenecía a la República de Venecia. El Greco representa un caso único en la evolución de la historia del Arte: hasta 1567, trabajo en Creta como pintor de iconos a la manera postbizantina.

 

Alcanzó un gran prestigio como "maestro pintor", aunque de aquella época sólo se conocen con seguridad tres obras suyas: La Dormición de la Virgen, San Lucas pintando el icono de la Virgen y La Adoración de los Magos.

Tras conseguir ese título de Maestro en pintura, en 1567 viajó a Venecia, donde comenzó a recibir sus primeros encargos.

Doménico Theotocópuli (El Greco)

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1570

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