TOLEDO
1577
1614
1914
1986
El Greco se establece en Toledo. Después de su paso por Venecia, Roma y Madrid, llega a la ciudad en la que vivirá y desarrollará su obra hasta su muerte, en 1614.
La salida definitiva de la Corte marcarÃoa el comienzo del estancamiento de Toledo y su posterior decadencia. Sus gobernantes reaccionaron promoviendo el orgullo cÃvico de sus habitantes, algo en lo que nuestro artista participó de manera activa. Gracias a esto, Toledo pasó de ser la ciudad imperial que gozaba el favor de la monarquÃa, a la ciudad de Dios que gozaba de la protección de los santos que pintó el Greco.
Toledo es nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Tres siglos después de su muerte, y de la mano de artistas e intelectuales como Rusiñol, Unamuno, PÃo Baroja, Zuloaga o AzorÃn hacen resurgir la figura del Greco como precusor de vanguardias. La figura del cretense resurge a finales del siglo XIX.
En 1914, Toledo homenajea a su pintor y rescata su figura, al mismo tiempo que la ciudad nace como centro turÃstico de primer orden.
1085
1561
La ciudad de Toledo alcanzó su época de máxima expansión demográfica en el siglo XVI, cuando el rey Carlos I la convierte en sede de la Corte del Imperio Español. Fue ésta una etapa brillante en la que Toledo adoptó el Renacimiento con muestras de primer orden realizadas al amparo del mecenazgo imperial, al que se añadió el de los arzobispos toledanos, grandes promotores y mecenas de construcciones.
Pero en el año 1561 Felipe II decide trasladar la Corte a la Villa de Madrid, a partir de entonces se inicia una etapa de progresiva decadencia en la que sin embargo desarrolla su actividad uno de los más destacados pintores: El Greco (1576-1614), cuya obra se conserva en iglesias y conventos, como la Catedral, Santo Tomé y Santo Domingo el Antiguo y en museos como el Museo del Greco y el Museo de Santa Cruz.
Toledo fue una importante ciudad celtibérica, más tarde conquistada por las legiones romanas. En el siglo VI fue capital del Reino Visigodo y escenario de los Concilios de Toledo, asambleas con funciones eclesiásticas, polÃticas y legislativas.
La huella musulmana es especialmente notoria en el trazado del plano de la ciudad, un entramado laberÃntico de pequeñas callejuelas empinadas y estrechas.
Tras la conquista cristiana de la ciudad, en el año 1085, Toledo queda incorporada al Reino de Castilla, comprometiéndose el rey Alfonso VI a respetar las personas y bienes de los musulmanes. Los judÃos, establecidos en la ciudad desde época visigoda, formaban entonces una comunidad próspera gracias a la polÃtica de tolerancia que en general practicaron los árabes.
Toledo se convirtió entonces en la ciudad de las Tres Culturas, en la que convivieron cristianos, musulmanes, y judÃos. En ella tuvieron lugar fenómenos de intercambio cultural tan interesantes y fructÃferos como la llamada Escuela de Traductores de los siglos XII y XIII, determinante en la transmisión de la cultura greco-latina y árabe, y el estilo constructivo mudéjar.
En 1226 por voluntad de Fernando III y del arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada se inicia la construcción de la Catedral, único edificio puramente gótico de este periodo.
A partir del siglo XIV el ambiente de tolerancia que se habÃa vivido en Toledo en los dos siglos anteriores va a desaparecer progresivamente.
Los Reyes Católicos, que buscaron la unidad polÃtica y religiosa del reino, tomaron dos decisiones que afectarÃan a la composición del entramado social toledano: la creación del Tribunal de la Inquisición, que se establece en Toledo en 1485, y el Decreto de Expulsión de los judÃos de 1492.
1522
1226
1485
1492
Consecuencia de todo ello fue la pérdida paulatina del protagonismo cultural disfrutado, que ya era evidente a la muerte de nuestro genial artista. Una situación que todavÃa empeoró a lo largo del siglo XVII pero que tuvo como resultado positivo la pervivencia de una de las ciudades históricas más destacadas de Europa, tanto por la excepcional conservación de sus monumentos y paisajes como por la calidad y el significado de muchos de ellos, convertidos en sÃmbolos universales de la cultura española.